¿Cómo Saber si Tienes una Lesión en el Ligamento Cruzado Anterior (LCA)?
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El Ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las estructuras más importantes para la estabilidad de la rodilla. Ubicado en el centro de la articulación, conecta el fémur con la tibia y controla el movimiento hacia adelante y la rotación de esta última. Su función es esencial para actividades que implican cambios bruscos de dirección, saltos o frenadas repentinas, por lo que justifica que sea una de las lesiones más frecuentes en deportes como el fútbol, el baloncesto o el esquí.
Una lesión del LCA puede ir desde una distensión leve hasta una rotura completa o una avulsión. La fisioterapia juega un papel fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento y la recuperación de estas lesiones, ayudando a restaurar la función de la rodilla y a reducir el riesgo de recaídas.
Los mecanismos de lesión suelen ser los siguientes:
Golpe fuerte en el lateral de la rodilla
Parada y cambio de dirección (al aterrizar o al girar)
Hiperextensión de rodilla
Rotación del fémur sobre tibia fija + valgo excesivo
Síntomas de una Lesión en el LCA
Una lesión en el LCA puede variar en gravedad, pero algunos signos comunes incluyen:
Dolor en la rodilla: El dolor suele ser agudo y localizado, especialmente en la parte central de la rodilla. Puede dificultar seguir en actividad o incluso apoyar el peso corporal.
Hinchazón: La rodilla comienza a hincharse en las primeras horas, debido a la acumulación de líquido (hemartrosis) dentro de la articulación.
Sensación de inestabilidad: Es común sentir que la rodilla "cede", sobre todo al caminar o al intentar girar. Esto se debe a la pérdida de estabilidad que proporciona el LCA.
Chasquido audible: Puedes sentir o escuchar un "pop" en el momento de la lesión
Disminución del rango de movimiento: La inflamación y el dolor limitan la capacidad de doblar o estirar completamente la rodilla.
Evaluación Clínica por un Profesional
Una vez acudas a un profesional, este realizará una evaluación exhaustiva para confirmar o descartar una lesión del LCA. Entre los pasos más importantes están.
Pruebas específicas:
Cajón anterior: el paciente se acuesta boca arriba con la rodilla flexionada a unos 90 grados. El fisioterapeuta sujeta la tibia con ambas manos y la empuja suavemente hacia adelante. Si la tibia se desplaza hacia adelante más de lo normal en comparación con la otra pierna, puede indicar una rotura del LCA.
Prueba de Lachman: Se realiza con la rodilla en ligera flexión (unos 20-30 grados). El fisioterapeuta estabiliza el fémur con una mano y tracciona la tibia hacia adelante con la otra. Un desplazamiento anterior excesivo y una sensación blanda o sin tope firme sugiere una lesión del LCA.
Prueba de Pivot shift: Esta prueba evalúa la inestabilidad rotacional de la rodilla. Se realiza con la pierna extendida, aplicando una rotación interna y una fuerza valga mientras se flexiona la rodilla. Si la tibia se desliza repentinamente hacia atrás durante el movimiento, es un signo claro de lesión del LCA.
Diferenciación del origen del dolor:
Es fundamental identificar si el dolor proviene realmente del LCA o de otras estructuras. Para ello, el profesional evaluará los diferentes sistemas que pueden influir:
Sistema neural: Problemas en los nervios, como atrapamientos o irritaciones, pueden reflejar dolor en la rodilla.
Sistema muscular: Contracturas, puntos gatillo o desequilibrios musculares (como en el vasto medial, isquiotibiales o poplíteo) pueden causar síntomas similares.
Sistema articular: Alteraciones en la articulación de la rodilla, como desgaste o bloqueos, deben ser considerados.
El contexto de la lesión, cómo ocurrió, la presencia de síntomas asociados como inestabilidad, chasquidos o inflamación, y el historial del paciente serán claves para llegar a un diagnóstico preciso.
Consejos para Aliviar el Dolor Antes de Ser Visitado por un Profesional
Mientras esperas tu cita con un profesional, puedes tomar algunas medidas para aliviar el dolor y reducir la inflamación:
Descansa: Evita actividades que ejerzan presión sobre la rodilla, especialmente aquellas que impliquen cargar peso, giros o movimientos bruscos.
Aplica frío: Coloca una bolsa de hielo envuelta en un paño sobre la rodilla durante 15-20 minutos cada 2-3 horas para reducir la inflamación y el dolor.
Eleva la pierna: Mantén la rodilla en una posición elevada para favorecer el drenaje de líquidos y disminuir la hinchazón.
Compresión: Usa una venda elástica o una rodillera para estabilizar la articulación y limitar los movimientos que puedan empeorar la lesión.
Evita el calor: Aunque puede ser tentador usar calor para aliviar molestias, esto podría aumentar la inflamación en lesiones agudas donde parte del dolor es debido a esta inflamación.
Estas medidas no sustituyen una evaluación profesional, pero pueden ayudarte a manejar los síntomas hasta recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Las pruebas del cajón anterior, Lachman y pivot shift son herramientas clave que los fisioterapeutas utilizamos para detectar posibles lesiones del ligamento cruzado anterior y son muy útiles para orientar el diagnóstico clínico antes de realizar estudios de imagen.
Si presentas síntomas como inestabilidad, dolor o hinchazón en la rodilla tras una lesión, es fundamental consultar con un profesional para una evaluación adecuada. Un diagnóstico precoz permite iniciar un tratamiento más efectivo y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.







